Es importante que niñeces y adolescencias puedan conectar con sus emociones para poner en palabras lo que les sucede. Debemos ofrecer espacios seguros para hablar sin miedo del autocuidado y de la prevención primaria del abuso sexual.
Está demostrado que quienes reciben Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas tienen más posibilidades de detectar abusos. Y quienes confían en los docentes y/o en la familia puedan contarlo porque saben que les vamos a creer.
Es de la sociedad en su conjunto la responsabilidad de acompañar, cuidar y respetar los derechos de las niñeces/ adolescencias para que tengan una vida libre de violencias y que sus voces sean escuchadas.
Hoy reforzamos nuestro compromiso para decir: ABUSO EN LAS NIÑECES NUNCA MÁS.