Nada empodera más que tener autonomía económica y saberse en red con otras.
El Centro de Atención a la Mujer (CAM) “Irma Velázquez” inicialmente funcionó solo como refugio para mujeres en situación de violencia machista pero, en la actualidad, los miércoles, se convierte en un espacio de producción y capacitación en oficios en el rubro textil.
La Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza -como resultado del convenio de fortalecimiento de unidades de producción textil para la salida de las violencias por razones de género, firmado con el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de PBA y en acuerdo con Ministerio de Desarrollo Social de la Nación- recibió en enero de este año máquinas de coser que fueron destinadas al CAM de San Justo, coordinado por la Dra. Marcela Cipollino.
A partir de ahí, con la Secretaría de Economía Social y Solidaria y la Subsecretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable se implementó un proyecto productivo para acompañar la inserción laboral de las mujeres y disidencias que se encontraran en esa situación de vulnerabilidad.
Hay una realidad contundente y que se reitera a menudo: muchas mujeres o disidencias sexuales se ven obligadas a regresar agresor por falta de recursos económicos propios.
“Es muy difícil para muchas mujeres y disidencias (especialmente si tienen hijes) poder salir del aislamiento, después de años de violencia, para insertarse en el mercado laboral complejo, informal, precarizado. Entonces el proyecto es poder completar ese círculo, la salida de esa situación, promoviendo la autonomía económica”, expresa Mercedes García Domench (Mechi), integrante del área de Planificación de la Secre.
El proyecto es poder completar ese círculo, la salida de esa situación, promoviendo la autonomía económica.”
Mercedes García Domench (Mechi), integrante del área de Planificación
El proyecto y el producto
Cristy Mendoza (Pacha), quien está al frente de la capacitación textil, resalta el hecho de que “las mamás pueden concurrir con sus hijos y en el CAM se los cuida en ese horario en la ludoteca”.
Porque mal que nos pese, las tareas de cuidado y de responsabilidad siguen recayendo en las mujeres. Esto actúa como limitante al momento de trabajar o recuperar otros espacios de su vida cotidiana.
En ese sentido, Mechi puntualiza que se coordinó “que la ludoteca esté funcionando mientras las compañeras están en el taller productivo para primero ir a aprender y después a producir teniendo la tranquilidad de que sus niñas/os están en un entorno cuidado”.
La capacitación de Pacha apunta a la producción de toallitas de tela:
“Es un gasto que realizamos todos los meses y no siempre contamos con el sustento económico para poder comprarlas. La idea es ir multiplicando esta experiencia en el CAM y en otros lugares de Matanza para que este producto de higiene menstrual esté disponible y obtener la compra del mismo a un precio justo”, explica.
Yamila Soria, integrante del área de Planificación resalta que “se pensó en confeccionar productos de gestión menstrual como las toallas de tela para acompañar al programa de Justicia Menstrual de la Secre, promoviendo además la calidad del cuidado del medioambiente”.
Se pensó en confeccionar productos de gestión menstrual como las toallas de tela para acompañar al programa de Justicia Menstrual de la Secre.”
Yamila Soria, integrante del área de Planificación
La convocatoria
Hoy están participando del proyecto entre 8 y 10 mujeres que llegaron a la Secre solicitando asistencia y se encuentran actualmente en un proceso de salida de la violencia.
Además, se consideró que estas mujeres estuvieran interesadas en aprender el oficio de la confección textil.
Mercedes y Yamila aclaran que se trata de un espacio donde van a aprender cómo armar un producto de gestión menstrual y también de un espacio de encuentro para construir vínculos nuevos, considerando que en las relaciones violentas la mayoría de las mujeres termina aislada.de sus redes familiares y sociales.
Nuevos horizontes
Todavía queda un camino largo, pero a mediano plazo se prevé articular con la Secretaría de Producción para poder comercializar los productos en algunas ferias.
Las participantes ya han tomado capacitaciones que ofrece el Fondo de Capital Social (FONCAP) de la Nación como estímulo para pensar a futuro la conformación de una unidad productiva como cooperativa.
Se trata, en definitiva, de acompañar y promover la autonomía económica, la inserción laboral, la independencia imprescindible para una salida de la violencia que se mantenga en el tiempo.
Porque la salida siempre es colectiva.
Matanza avanza sin machismos.
Foto de Portada: SMPDGYD de La Matanza