Los placeres y la sexualidad libre han tenido como detractora principal histórica a las derechas. Aquí -en Argentina- y en todo el mundo. La reciente polémica fogoneada en redes sociales por funcionarios macristas ante la compra de geles íntimos lubricantes por parte del Gobierno bonaerense podría resumirse con la frase quijotesca: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
Porque, ¿qué es lo que molesta cuando lo que se está haciendo con esa compra es, ni más ni menos que el cumplimiento de una ley -la recientemente sancionada Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis, ITS y Tuberculosis (Ley 27.675)- que prevé la inversión en materiales de cuidado sexual?
¿Molesta la compra de un gel que puede usarse para disminuir el riesgo de rotura del preservativo o para que aquellas personas cuya lubricación natural se ve disminuida por diversas razones tengan una mejor calidad de salud sexogenital? ¿O lo que molesta es que sea repartido gratuita y democráticamente, por parte de un Estado que decide cuidar la salud sexual de su ciudadanía? ¿Por qué se rasgan las vestiduras funcionarios cuyo gobierno recortó y degradó a la cartera de salud nacional de su condición de Ministerio?
Molesta el goce si es nacional y popular
“Hay una negación absoluta acerca del placer y el divertimento como un derecho y como un ingrediente imprescindible de la salud por parte de ciertos sectores. Pensemos la reacción inicial cuando, los grupos que se preocupaban por la salud sexual, empezaron a repartir preservativos gratis. Aquella reacción, como la reciente, revela brutalmente una concepción del mundo que nos quiere productivas, sometidas, subordinadas y donde el placer no está permitido como un ingrediente efectivo de la salud integral y de lo que llamamos la felicidad”, opina Liliana Hendel, Secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza.
Si consideramos que la distribución gratuita del gel íntimo busca sumar además a otra parte de la sociedad, como las mujeres que atraviesan su menopausia, personas con enfermedades hormonales, aquellas que amamantan, que toman algún medicamento o que por alguna otra razón tienen menos lubricación natural, estamos hablando de una inversión para caminar hacia una salud integral más sana, preventiva e inclusiva para las y los bonaerenses, más allá de la capacidad económica de adquirirlo que tengan.
Como resalta la Dra. Andrea Vázquez, ginecóloga, especialista en fertilidad y Co-Directora de Acceso a Justicia de la Secretaría, “gozar de una vida plena sexualmente hablando contribuye a una buena salud mental y una buena salud mental contribuye a una buena salud psicofísica y, por supuesto, sexual, considerando a la salud no como la falta de enfermedad sino como el completo estado de bienestar biológico, psíquico y social”.
Gozar de una vida plena sexualmente hablando contribuye a una buena salud mental y una buena salud mental contribuye a una buena salud psicofísica y, por supuesto, sexual”.
Dra. Andrea Vázquez, Co-Directora de Acceso a Justicia
La Doctora -que además integra un equipo que actualmente está pensando en diseñar preservativos para vulvas- trabaja en consultorios hace mucho y señala que la entrega de preservativos y gel íntimo es una vieja rutina que se realiza hace años.
En La Matanza, la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades planea incluir la distribución de geles lubricantes en las charlas de Gestión Menstrual. “En relación al uso de las copas menstruales que repartimos, la lubricación de la copa facilita su colocación. Además, en las charlas hablamos frecuentemente de métodos anticonceptivos y hacemos entregas de preservativos. Sumar el gel lubricante como otro material para enseñar el modo de uso y repartirlo a quien lo requiera es importante”, señala la Lic. Cecilia Turquet, Directora de Protección de Derechos.
Porque el derecho al goce sin riesgos y a la salud integral, es un derecho de todas y todos y no un privilegio de un puñado que pueda comprarlo.
Matanza avanza sin machismos.
Foto de Portada: Ministerio de Salud de PBA