En el marco de los 16 Días de Activismo, que comenzaron el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, realizamos el Taller “Cuidado con mi Trabajo”. Un encuentro organizado por la Dirección de Políticas de Actualización de Conocimientos (PAC) en el que compartimos experiencias sobre el acceso al trabajo de las mujeres y disidencias sexuales.
Según la Ley N° 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, la violencia laboral es aquella que discrimina a mujeres y disidencias sexuales en los ámbitos de trabajo y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo.
El techo de cristal y la brecha salarial son conceptos teóricos que se utilizan para nombrar algunos de los obstáculos con el que se encuentran las mujeres para el avance en sus carreras. El techo de cristal se refiere a la barrera invisible que impide el ascenso a puestos jerárquicos, mientras que la brecha salarial señala la desigualdad remunerativa entre hombres y mujeres por realizar el mismo trabajo. Actualmente esta brecha se ubica en un promedio del 27% (INDEC).
El Taller “Cuidado con mi Trabajo” contó a partir de la exposición de la Dra. Noor Jiménez Abraham, Directora de PAC, con una primera parte donde reflexionamos sobre las complejidades que enfrentan las mujeres y disidencias en el mundo laboral.
Hablar de mujeres y trabajo se vincula estrechamente con las tareas de cuidado que recaen mayoritariamente sobre las identidades feminizadas. Por eso la segunda parte del encuentro fue una actividad lúdica que reveló la cantidad de horas de trabajo no remunerado que invertimos a diario.
¿Cuáles son las tareas de cuidado? Son todas aquellas actividades indispensables que se realizan para satisfacer las necesidades básicas de las personas, tanto físicas (alimentación, salud, higiene, descanso) como emocionales y psicológicas.
“Los cálculos que se dan desde distintas instituciones arrojan que las mujeres ocupamos casi el doble de tiempo que los varones en tareas de cuidados. Esto impacta en nuestros índices de pobreza porque tenemos menos tiempo para capacitarnos, buscar mejores trabajos y dedicarle al trabajo”, expresó Noor. Pero además el impacto no es sólo económico, sino que también influye en nuestras vidas en cuanto a la posibilidad de disponer de tiempo libre y de ocio, de practicar actividades deportivas o recreativas, y al desarrollo personal.
Los cálculos que se dan desde distintas instituciones arrojan que las mujeres ocupamos casi el doble de tiempo que los varones en tareas de cuidados.”
Dra. Noor Jiménez Abraham, Directora de PAC
Estos espacios de intercambio de experiencias, reflexión y diálogo ponen en evidencia la necesidad de seguir transformando las estructuras patriarcales que perpetúan desigualdades que atentan contra los derechos conquistados en la ley pero lejos aún de la vida cotidiana.
¡La salida de las violencias siempre es colectiva!
Matanza Avanza Sin Machismos.
Foto de Portada: SMPDGYD de La Matanza