En Argentina a lo largo de la historia, antes, durante y después de la dictadura, hubo muchas personas que trabajaron por la igualdad, por los derechos y también por los feminismos.
Nuestra historia no empezó con el Ni Una Menos del 2015, sino que por el contrario, el Ni Una Menos del 2015 es la explosión visible y explícita de un largo recorrido. Y en este larguísimo camino siempre estuvo Eva Giberti, una de las grandes maestras que acompañaron, que enseñaron, que distribuyeron, que accedieron a la institucionalidad, con todo lo que eso implica.
Hablo aquí no sólo como psicóloga que participó de los grupos de estudios que Eva daba en su departamento señorial de la calle Juncal, en Recoleta. Hablo también como periodista: Eva Giberti fue una pionera.
Salió a los medios masivos de comunicación -entonces solo había cuatro canales- a hablar de lo que hoy llamamos cuidados pero que en ese momento conocíamos como “crianza sin violencias”.
Fue la primera en hablar ante una cámara de televisión de aquello que hasta ese momento era solo un alimento de conocimientos hacia adentro de la psicología, hacia adentro de la academia, hacia adentro de la universidad.
Marcó un antes y un después.
Después seguimos otras, Irene Meler, yo misma… pero quien abrió esa puerta, quien posicionó la psicología y los derechos de las mujeres, la crianza sin violencia en la agenda pública fue la queridísima Eva Giberti.
Mujer de carácter fuerte, que se imponía con su presencia sin necesidad de levantar la voz, también fue pionera en desocultar para desarticular los autoritarismos tan frecuentes y naturalizados hasta ese momento.
Como muchas de las que abrieron caminos también fue cuestionada pero los datos son indiscutibles, fue Eva la que armó la línea 137 -pionera de la 144- y las brigadas contra las violencias; fue quien habilitó nuestra presencia como psicólogas y como feministas en medios masivos de comunicación.
Eva frecuentaba también esos mundos no académicos con absoluta fluidez.
El domingo 14 de diciembre despedimos a una grande.
Muchas de nosotras estuvimos allí, acompañándola y acompañando a su familia. Y quiero que sepan que fue muy emocionante, por nuestro pasado, por nuestra historia pero sobre todo por nuestro presente, porque en estos momentos de tanta crueldad exhibida con orgullo, como la que estamos viviendo en Argentina y en la región, la palabra, el accionar, la militancia y la coherencia ética de la Dra. Eva Giberti está en cada una de nosotras.
Gracias por tanto.
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