En Laferrere estuvimos con el equipo de futsal femenino de El Molino y con representantes del Club. Hace más de 30 años que funciona en el barrio y ahora, por fin, las jugadoras van a tener un vestuario para poder cambiarse antes o después de cada partido.
Con la Secretaría de Deportes entregamos pelotas para el equipo de futsal y materiales para que puedan terminar el vestuario que hace tanto empezaron y no pudieron terminar.
En el club funciona futsal femenino, futsal masculino, cancha de 11 femenino, cancha de 11 masculino.
Todos los días hay comedor y merendero para la gente que más lo necesita y se impulsan diversas jornadas destinadas a garantizar derechos (trámites de DNI, SUBE, espacios para niñeces).
Los clubes de barrio, sus socias, socios, vecinos y vecinas, se organizan para reparar las heridas que las políticas a nivel nacional generan y muestran, una vez más, que la salida siempre es colectiva.
Matanza avanza sin machismos.