En la función pública los días son minutos, los meses semanas y el tren del año ya recorrió una estación completa.
Me detengo en las paradas que elijo, aunque el tiempo me empuje. Hay que poder pararse para pensar.
El nombre de Lucía suena más fuerte a pesar de los ruidos. Lucía es Pérez.
Viajé a Mar del Plata a acompañar a la familia y también a escuchar los alegatos de las Dras. Florencia Piermarini y Verónica Heredia.
Ellas, las abogadas, militaron la idea de que este asesinato fue un femicidio, que no es verdad que si hubo droga hubo consentimiento. Lucía no consintió su muerte. Lucía era una adolescente. Farías y Offidani dos dealers, varones grandes que drogaron, abusaron sexualmente y mataron. O dejaron morir. Los jueces sobreseyeron el crimen llamándolo sobredosis voluntaria y sancionaron la venta de droga en la puerta de la escuela.
Demostrar lo obvio suele ser un camino de trampas y espinas dentro de un laberinto judicial que chorrea corrupción, misoginia e ignorancia.
La gente en la calle, las compañeras de Lucía, su mamá Marta y su papá Guillermo que no bajaron los brazos y Claudia Acuña, periodista que mantuvo el tema en agenda con crónicas imperdibles, lograron apelar y abrir otra instancia. Y luego la técnica jurídica de las dos abogadas feministas que llevaron adelante el juicio.
Cada pieza de este rompecabezas fue imprescindible para llegar a la sentencia, que esta vez fue una perpetua, para que el concepto de femicidio se incorpore al expediente y para que la vulneración de derechos sea el eje que marcó con claridad quien fue la víctima y quienes los victimarios.
Es cierto que el tren que cruza las estaciones va tan rápido que ya pasó el verano, pero no quiero, no podemos dejar que estos hechos pasen sin dejar marca en la memoria subjetiva. Porque para no repetir hay que no olvidar.
La Patria es el Otro quiere decir que el otro/a nos importa.
Somos una Secretaría feminista que trabaja para que el acceso a derechos deje de ser una estación olvidada del tren fantasma. Le damos carnadura a lo que hacemos cada día y sabemos que no es suficiente, porque arrastramos como sociedad demoras intencionales y consecuencias patriarcales.
Decidimos abrazar públicamente a Marta y Guillermo, en ellos a Lucía, en Lucía a todas las que no están, no porque quisieron irse, sino porque alguien se sintió con derecho a quitarlas del camino.
Construimos nuestras propias estaciones con la certeza de que en este tren seremos cada vez más quienes insistamos en cambiar el mundo generando acciones para conseguirlo.
¡Bienvenidos al tren!
Foto de Portada: Gentileza Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de PBA.