martes, mayo 13, 2025
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El turismo social, un derecho a defender

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El Gobierno nacional no se detiene en su cruzada para eliminar mucho de lo construido desde el Estado. Esta vez, y con la venia del actual Secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, avanza con el cierre de los hoteles de Chapadmalal y Embalse, íconos del turismo social. Hace unos días, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se ufanó de la decisión en un tuit en el que celebró la decisión de transferir los complejos a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para su transferencia “a un operador idóneo”.

Chapadmalal (en Buenos Aires) y Embalse (en Córdoba) -las dos unidades turísticas ahora declaradas innecesarias– son espacios que a lo largo de su historia cobijaron y promovieron innumerables acontecimientos científicos, artísticos, deportivos y recreativos. Construidos durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón fueron parte de una política pública marcada por el sentido de justicia social y ampliación de derechos para las clases trabajadoras.

“Se pueden transferir los complejos a la AABE, pero lo que no está claro es cómo van a desafectar su uso específico. Los terrenos de Chapadmalal y Embalse tienen un objeto claro, vinculado al turismo social. Eso fue lo que justificó su adquisición por parte del Estado en su momento”, sostuvo en diálogo con generosmatanza.com Inés Albergucci, quien se desempeñó como subsecretaria de Calidad, Accesibilidad y Sustentabilidad de Turismo Social en el ex Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación durante la gestión de Matías Lammens (2019-2023).

Turismo social, complejo Chapadmalal
Complejo de Chapadmalal – Foto Gentileza Estrella Herrera

Para la ex funcionaria cualquier intento de apropiación privada de estos espacios no solo sería ilegítimo, sería profundamente violento ya que no existen motivos ni legales ni éticamente válidos para declarar su “innecesariedad”. 

“No se observan fundamentos sólidos en términos legales y, por supuesto, ningún argumento legítimo desde el punto de vista de los derechos o del interés público. Es una maniobra muy floja de papeles, aunque lamentablemente, coherente con otras acciones del gobierno. Hasta ahora, todo lo que han hecho lo han hecho así: sin transparencia, sin sustento legal, sin respeto por lo público”, dice Albergucci, para quien “no puede obviarse que ambos complejos están declarados Patrimonio Histórico Nacional. Esa condición impone límites concretos a cualquier intento de venta, demolición, privatización o uso que contradiga su valor histórico y cultural”.

No se observan fundamentos sólidos en términos legales y, por supuesto, ningún argumento legítimo desde el punto de vista de los derechos o del interés público.”

Inés Albergucci se desempeñó en el cargo de subsecretaria en el ex Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación

El jueves 8 de mayo se abrió una nueva puerta durante la 29° asamblea del Consejo Provincial del Turismo (CoProTur), cuando el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, lanzó durísimas críticas al gobierno de Javier Milei por el “desmantelamiento del turismo nacional” y exigió formalmente la cesión del complejo turístico de Chapadmalal a la Provincia. “Queremos proteger este patrimonio histórico y seguir desarrollando políticas públicas de inclusión e igualdad”, afirmó.

Pero más allá de lo que ocurra con los edificios en sí, lo que ya está siendo cercenado, con la suspensión de viajes desde el mes de marzo, es el derecho al turismo social.

Turismo social, complejo Embalse
Complejo de Embalse – Foto Gentileza Estrella Herrera

“El turismo social es de esos derechos que no hacen ruido, que no salen en la tapa de los diarios ni cotizan en bolsa. Pero cuando se cumplen, el pueblo sonríe con todos los dientes. Tiene una importancia no sólo histórica, sino profundamente social. Creo que nos hace mejor pueblo, mejor sociedad. Y frente a este presente en el que todo parece intrascendente o innecesario, me parece fundamental volver a poner en valor aquello que nos constituye como comunidad, que nos enlaza”, plantea Albergucci.

El turismo social es de esos derechos que no hacen ruido, que no salen en la tapa de los diarios ni cotizan en bolsa. Pero cuando se cumplen, el pueblo sonríe con todos los dientes.”

Inés Albergucci se desempeñó en el cargo de subsecretaria en el ex Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación

La exfuncionaria, que es trabajadora social y docente universitaria, considera que el turismo que se desarrolló en los completos durante todos estos años “es una de las formas más hermosas y más justas de hacer política pública. Porque no se trata solo de llevar gente a vacacionar: se trata de garantizar que el descanso, el ocio, y la posibilidad de conocer el mar o la sierra no sea un privilegio. ¿Quién dijo que la playa es para unos pocos? ¿Quién inventó que el descanso es un premio y no un derecho? El turismo social es el derecho a descansar sin pedir permiso. Es ver chicos corriendo en patas, con lonas, toalla y heladerita, con el mate en mano. Es ver a esos pibes del barrio sacarse la mochila de la picantez y correr por la arena agarrados de la mano como si no hubiera pasado. Es ver a una abuela que le confiesa con orgullo a sus nietos que está conociendo por primera vez el mar. O a una mujer joven que, después de muchos años cuidando a sus hijos y hermanos, se anima —por fin— a descansar».

La experiencia en primera persona

Cintia Solís es integrante de la Coordinación de Asistencia de la Secretaría y tuvo la posibilidad de viajar a Chapadmalal en el 2023 junto a 90 mujeres en el marco del programa Mar para todas. “Ya conocía el mar pero nunca había hecho un viaje de estas características. Fui con otras compañeras, algunas habían viajado con sus hijos. Todas resaltaban que nunca habían tenido la experiencia de ser atendidas de esta forma. ‘Es la primera vez que me sirven la comida a mí y que no soy yo la que estoy sirviendo’, decían. Haber sido parte de esa experiencia de poder recuperar o tener por primera vez el goce, el disfrute”, contó. 

Mar para Todas es el nombre de un programa del Ministerio de Mujeres y Diversidad de PBA que garantizaba el derecho al tiempo libre y de descanso a mujeres y diversidades que estuvieran atravesando situaciones de violencias por razones de género. Gracias a esta iniciativa, más de 2.000 mujeres con sus hijos e hijas vacacionaron entre 2022 y 2023.

La ministra Estela Díaz y la secretaria Liliana Hendel saludaban a un contingente que viajaba a Chapadmalal mediante el programa Mar para Todas.
La ministra Estela Díaz y la secretaria Liliana Hendel saludaban a un contingente que viajó en 2023 a Chapadmalal mediante el programa Mar para Todas – Foto Ministerio de Mujeres y Diversidad PBA

También Débora Paz, participante de la unidad productiva textil del Centro de Atención a la Mujer “Irma Velázquez” -dispositivo pensado para la salida de las violencias por razones de género-, participó de Mar para Todas en 2023. “Venía de años muy complicados y pude desestresarme y disfrutar junto a mis tres hijos menores. Fue una bendición ese viaje. Cada charla en la que participé fue un abrir de cabeza y me llenó de fuerzas para cuando volví a mi casa. Fue liberador saber que mientras yo estaba en las charlas con otras mujeres, mis hijos estaban con un grupo de chicas de ludoteca jugando y haciendo actividades”, recordó. 

A los complejos llegaban contingentes de escuelas, clubes y centros de jubilados. En verano, además de las familias que se inscribían por cuenta propia, vacacionaban también grupos de cartoneros, de la agricultura familiar, vendedores ambulantes, del sindicato de trabajadoras sexuales (AMMAR), entre otros muchos provenientes de todo el país.

Fuera de la temporada estival, además, se realizaban numerosos eventos. Los complejos recibían escuelas de todo el país con chicos y chicas que, en muchos casos, conocían el mar por primera vez; orquestas infantiles, bibliotecas populares y contingentes de jubilados en el marco de los programas de turismo social del PAMI. 

Turismo social, Embalse
Los lazos intergeneracionales también se fortalecen en el turismo social – Foto Gentileza Estrella Herrera

También se realizaron los Juegos Evita de Playa junto al equipo de Deportes y Chapadmalal fue por 22 años consecutivos sede del encuentro final del Programa Jóvenes por la Memoria, de la que participaron 227.000 chicos y chicas.

Gracias a las reformas realizadas entre 2019 y 2023 con una inversión de 7,8 millones de pesos que permitió concretar la puesta en valor de 14 hoteles de las unidades turísticas,  120 mil turistas de las 24 provincias fueron a Chapa y Embalse y 10 mil chicos conocieron el mar y las sierras cada año.

Pero además, el turismo social también es trabajo: para las cocineras, los guías, los trabajadores que hacen funcionar esos espacios. Es comunidad, es memoria, es autoestima. Por eso es tan importante. Y por eso se trata de una obra y de una política que tiene más de 70 años de historia. “No la inventamos nosotros, pero nos toca defenderla. Con la voz, con el cuerpo y con la memoria”, dice Albergucci.

“Cuando los hoteles están abiertos, se contrata personal adicional a través de las empresas prestadoras de servicios de hotelería. Según el hotel, esto puede significar entre 30 y 40 trabajadores más. Eso es lo que se considera empleo directo. Pero además, está el empleo indirecto: artesanos, vendedores ambulantes, proveedores de servicios, comerciantes locales. Es una cadena enorme de actividades que se activa cuando los hoteles están abiertos”, observó Albergucci.

Por eso, como señaló el ex titular de Turismo de la Nación, Matías Lammens, Chapadmalal y Embalse son patrimonio histórico, arquitectónico, cultural y emocional de los argentinos. “Cerrarlas es una enorme burrada y es de una insensibilidad que no deja de asombrar”.

Turismo social. obras en Chapadmalal
Las obras de refacción en el complejo de Chapadmalal – Foto Gentileza Estrella Herrera

Por su parte, la ministra de Mujeres y Diversidad de PBA, Estela Díaz, expresó que la medida impide que miles de argentinos puedan disfrutar del turismo social en complejos que fueron creados justamente para garantizar el acceso de los sectores populares a vacaciones de calidad y pone en riesgo no solo el acceso al derecho a vacacionar de miles de familias, sino también las fuentes laborales y viviendas de los trabajadores que se desempeñan en esos espacios.

Albergucci señaló, además que “desde 2007 hasta la actualidad, aproximadamente dos millones de personas accedieron a las Unidades Turísticas de Chapadmalal y Embalse. Y lo más lindo es que cada vez que contás esto, o hacés un posteo en redes, siempre aparece alguien que dice ‘yo fui’, o ‘mi mamá fue con la escuela’, o ‘ese lugar me marcó’. Por eso siempre decimos que, además de ser Patrimonio Histórico, tal como fue declarado, son también patrimonio emocional del pueblo argentino. Nos atraviesan la memoria y el corazón. Están en nuestro ADN. Nos constituyen como sociedad. Nos igualan. Pretender deshacerse de ellos no es solo una decisión administrativa: es una brutalidad política y cultural. Es no entender algo profundamente sensible de nuestra historia, nuestra identidad y nuestra forma de habitar este país”.

Los complejos de Chapadmalal y Embalse "también patrimonio emocional del pueblo argentino”, afirma la ex subsecretaria Inés Albergucci.
Los complejos de Chapadmalal y Embalse “también patrimonio emocional del pueblo argentino”, afirma la ex subsecretaria Inés Albergucci.

Foto de Portada: Gentileza Estrella Herrera

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