Este Día Internacional de la Mujer Trabajadora nos encuentra ante un panorama de retroceso en materia de calidad de vida democrática y derechos humanos. En esta entrevista, la ex Ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos y la actual Secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género de la Confederación General de Trabajo, Noé Ruiz, reflexionan sobre sus caminos como trabajadoras en ámbitos predominantemente masculinos y sobre el desafío de los feminismos en un contexto de avance de las derechas y del antifeminismo.
Mujeres en partidos y en sindicatos
“La experiencia como trabajadora siempre está marcada por la discriminación de género”, expresa Kelly Olmos, ex funcionaria del gobierno del Frente de Todos, al inicio de la conversación. “Es un problema estructural que obliga a que las mujeres tengamos que duplicar nuestro esfuerzo para poder tener el mínimo reconocimiento. En mi generación, las actividades de cuidado siempre nos ponían un límite adicional en el nivel de la decisión política, es decir, en la posibilidad de ascender a niveles superiores en la escala decisoria de la organización política a la que pertenezco (Partido Justicialista) y, por ende, en el nivel de desarrollo profesional o laboral”, recuerda la economista.
El recorrido de Noé Ruiz ejemplifica a la perfección lo relatado por Olmos:
La ex modelo de alta costura ingresó a la vida sindical en los ’90, para construir la Obra Social de la Asociación de Modelos Argentinos, sindicato que actualmente tiene un nombre más inclusivo pero mantiene sus siglas iniciales: Unión de Trabajadores de Moda e Imagen Publicitaria de Argentina (AMA).
En la CGT está al frente de la Secretaría de Género. Desde 2016 y hasta la Reforma del Estatuto de 2023, fue la única mujer de las 21 personas que integran el Consejo Directivo de la Confederación General de Trabajo. El año pasado se sumó Graciela Aleñá como Secretaria de Igualdad de Oportunidades.
Según declaró a otros medios, recibió hasta amenazas de muerte anónimas cuando formó parte de la campaña impulsora del proyecto de Cupo laboral femenino del 30% para la Central Obrera, que fue aprobado en 2003 pero nunca aplicado debidamente.
Feminización de la pobreza
El reciente informe del Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género del (hoy disuelto) Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, arroja un dato contundente: las mujeres representan el 64% de la población de menores ingresos.
A propósito, dice contundente la ex Ministra Olmos:
“Estamos enfrentadas a un gobierno que no cree en los derechos, no cree en la justicia social y pone en marcha un plan de estabilización basado en una recesión profunda y en una licuación de los ingresos. A la pérdida de ingresos que van a sufrir las compañeras en sus ámbitos laborales se suma que muchas de ellas tienen una proporción de informalidad mayor a la del varón, donde la debilidad para la lucha por los derechos es todavía mayor. Si esas compañeras además están solas a cargo de su grupo familiar, esa situación de pauperización se agrava”.
Noé Ruiz coincide en que el avance del ajuste “golpea a las trabajadoras en su posibilidad de acceso a la vivienda, en temas de salud, de educación, de las familias, en complicaciones y mayores exigencias en cuestiones de cuidado”. Y agrega otra variable: la imposibilidad para las personas mayores de tener una jubilación que les permita comer y acceder a la salud. Esto impacta también en el bolsillo de quienes tienen a cargo esas tareas de cuidado, generando un crecimiento exponencial de la feminización de la pobreza, factor clave, junto a la falta de independencia económica, para la reproducción de las violencias por motivos de género.
Golpea a las trabajadoras en su posibilidad de acceso a la vivienda, en temas de salud, de educación, de las familias, en complicaciones y mayores exigencias en cuestiones de cuidado.”
Noé Ruiz, Secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género de la Confederación General de Trabajo
Feminismos, Justicia Social y Democracia
Ante la pregunta “¿Cuáles son los desafíos en el contexto político, social y cultural actual?”, la Secretaria de Género de la CGT señala que es necesario extremar nuestros esfuerzos para poner límite a las políticas con las que el Gobierno nacional agrede a las trabajadoras y los trabajadores.
“Estamos padeciendo una dominación por carencias y limitaciones. Esto abarca la salud, la educación, la vivienda, el hambre, todo. Ello nos hace esforzarnos a reflexionar sobre las formas de la organización y profundizar la unidad. El Gobierno quiere abolir los temas de género, la diversidad, la cultura. Quiere borrar de un plumazo los derechos de las trabajadoras y los trabajadores. Quiere negarnos los espacios de diálogo y de debate, por eso desprecia al Parlamento. Pero las trabajadoras y los trabajadores fuimos, somos y seremos quienes garantizamos la democracia”, sostiene.
En tanto, la ex Ministra de Trabajo Olmos asegura que el desafío es volver a empatizar con la mayoría para reconocer y recuperar los valores de la solidaridad y de la justicia social:
“Esta situación netamente destructiva nos genera el desafío de volver a imponer la idea de que la justicia social debe ser un motor fundamental en la construcción política”, asegura.
Esta situación netamente destructiva nos genera el desafío de volver a imponer la idea de que la justicia social debe ser un motor fundamental en la construcción política.”
Raquel “Kelly” Olmos, ex Ministra de Trabajo
Para Ruiz, “Hoy más que nunca es necesario rescatar la lucha de las mujeres trabajadoras en huelga, a principios del siglo XX, que lucharon por iguales salarios y derechos y no dar un paso atrás en los adquiridos. Las mujeres hemos demostrado en nuestro país y en el mundo que estamos preparadas para afrontar los desafíos. Es necesaria la justicia social con trabajo digno, que no haya más violencia y que haya paz social”, reflexiona, y de cara a la movilización del 8M, sostiene que “es necesario que seamos muy cuidadosas en cómo ocupar las calles y los esquemas de seguridad y cuidado por un 8M en paz, sin provocaciones y haciendo énfasis en nuestros reclamos”.
Porque en definitiva, como expresa Olmos, “no hay justicia social sin justicia de género. Y tampoco hay justicia de género sin un proyecto de justicia social. De manera que el desarrollo de los feminismos como dinamizadores de los proyectos de justicia social son centrales”.
¡Nos vemos en las calles!
Matanza avanza sin machismos.
Diseño de Portada: Cristian Arrejin