«¿Por qué para algunos y algunas tiene que ser una lucha, nombrarse?», Diana Maffia.
El 9 de mayo se conmemoran los 11 años del día en que se sancionó en nuestro país la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743/12), ley pionera en el mundo que reconoce el derecho de las personas a desarrollar sus vidas y a ser inscritas con un DNI acorde a su identidad de género -o bien a rectificar su DNI- sin necesidad de judicializar los casos.
El camino hacia la ley fue arduo.
El colectivo travesti trans abrió camino en los ’90 con los reclamos para que se derogaran las normas que criminalizaban la expresión de su identidad y mientras padecían y en muchos lugares aún padecen constantes detenciones y abusos policiales (estas figuras jurídicas recién fueron derogadas en 2007).
Ya en 2006, el informe de investigación “La gesta del nombre propio” llevó al terreno académico la discusión sobre la exclusión y las dificultades del colectivo para acceder a la salud, la vivienda, la educación, además de la ya conocida violencia policial, sexual y doméstica que sufría la gran mayoría de travestis y trans (la ausencia del “abrazo” de la sociedad, dirá Susy Shock).
Tras 5 años, en 2011, CABA, Santa Fe y Salta se convirtieron en las primeras jurisdicciones en reconocer por vía administrativa la identidad de género trans.
¡Hasta que en mayo de 2012 parimos la ansiada Ley!
La histórica sanción vino de la mano de una prueba piloto -en el municipio de La Matanza- de la Primera Encuesta Nacional sobre la Población Trans, un relevamiento coordinado por el INDEC, el INADI y organizaciones de diversidades sexuales que brindaría los primeros datos estatales concretos, indispensables para la implementación de las políticas públicas.
El caso de Luana
Poco tiempo después, en 2013, nuestro país sentó un nuevo precedente con el caso de Luana, la primera niña trans en el mundo en obtener su documento con género autopercibido con un simple trámite administrativo, sin hacerle juicio al Estado argentino.
Su madre, Gabriela Mansilla, plasmó la historia de acompañamiento a su hija en “Yo nena, yo princesa”, libro que luego fue llevado a las pantallas de cines y que relata este hito y orgullo en la historia de protección de derechos argentina.
El respeto por la Identidad de Género en la región
Argentina es hoy referencia internacional en materia de derechos LGBTIQ+. Tal es así que al día de la fecha sólo 6 países más de la región tienen leyes para garantizar la Identidad de Género: Panamá (2006), Uruguay (2009), Colombia (2012), Ecuador (2016), Bolivia (2016), Chile (2019). Cabe aclarar que en 2021, la Ciudad de México se sumó con una regulación local que reconoce formalmente a la comunidad trans.
Podría decirse entonces que en apenas una quinta parte de los países del continente, el colectivo travesti trans goza de leyes que garanticen la vida en libertad y con el ejercicio pleno de su ciudadanía.
Paraguay: panorama complicado para los derechos LGBTIQ+
Para la defensora de derechos humanos y fundadora de Casa Trans – Casa Diversa de Paraguay, Yren Rotela Ramírez, “la Ley de Identidad de Género que hay en Argentina es una ley modelo que vino a traer mucha reflexión y mirada en América Latina de cómo debe ser una ley. Es una ley innovadora que fue y es una esperanza para muchísimos países latinoamericanos que aún no la conseguimos.
Es una ley que vino a cambiar vidas, no solamente de compañeras, compañeros y compañeres trans de Argentina sino también de muchas personas trans migrantes que están en ese país y que hoy pueden decir que tienen derecho a la identidad y a otros derechos básicos para poder vivir y desarrollarse.
Resalta que “aquí no existe siquiera una ley contra toda forma de discriminación”. Si bien en Paraguay se pueden hacer rectificaciones de nombre en los documentos, hace más de 6 años Yren y otra compañera -Mariana Sepúlveda- iniciaron gestiones ante el Poder Judicial de Paraguay para hacer sus respectivas rectificaciones y tuvieron que enfrentar demoras, exámenes psicológicos y trabas burocráticas y judiciales. “Hoy ha pasado a instancias internacionales. Aún hay muchas barreras que romper para poder acceder a derechos básicos y mínimos para la comunidad trans”.
Además, en relación a la reciente elección presidencial del país vecino, Rotela Ramírez destaca que muchos de los candidatos presidenciables expresaban con impunidad mensajes de odio machista y estigmatizador, un escenario poco favorable para la creación de leyes como la que hoy conmemoramos.
Argentina y una ley de importancia global
Por su parte, Alba Rueda, activista por los derechos LGTBIQ+ y Representante Especial sobre la Orientación Sexual e Identidad de Género de la Cancillería argentina desde marzo 2022 sostiene que:
“He participado en muchos foros internacionales y he tomado conocimiento de que la Ley de Identidad de Género tiene una importancia global. Ha sido fundamental la palabra que tiene Argentina en torno a los derechos para las personas LGBTIQ+. Hay en nuestro país una experiencia vital en términos no solo de normativas sino de política pública en materia de derechos humanos”.
Hay en nuestro país una experiencia vital en términos no solo de normativas sino de política pública en materia de derechos humanos”.
Alba Rueda, Representante Especial sobre la Orientación Sexual e Identidad de Género de la Cancillería
Para Rueda, esta ley tiene el valor importante de haber puesto en un marco normativo de protección, promoción y reconocimiento de derechos tres aspectos fundamentales:
1) La autopercepción o el autorreconocimiento de la identidad de género:
“Para las leyes a nivel global sobre identidad de género no es común hoy que tengan un criterio basado en la autopercepción. Esto se nota mucho en el trabajo”, resalta.
2) El acceso de las personas trans a la salud integral (artículo 11 de la ley):
“una medida de protección que sigue siendo hasta hoy a nivel regional una gran deuda de los Estados en general. Sin embargo, Argentina está dando pasos significativos no solamente con la creación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad sino también con la creación de la Dirección de Género y Diversidad en el Ministerio de Salud, que permitió, entre otras cosas, asegurar muchos de los tratamientos hormonales en el ámbito público, además de producir materiales didácticos sobre la protección de infancias trans, para hablar sobre los tratamientos desde una perspectiva integral”, observa.
3) El trato digno para todas las personas, especialmente para las menores de 18 años tengan o no documento actualizado con su identidad autopercibida:
“ha sido y es hasta hoy un indicador, una valía que no se encuentra en otros marcos normativos de este tema. Tiene una relevancia fundamental, una importancia vital cuando hablamos sobre el reconocimiento de las identidades autopercibidas de las infancias trans y adolescencias”, destaca Rueda.
Y no podemos estar más de acuerdo.
Esta ley parida desde los movimientos sociales, esta ley que viene con el saber de las travas y trans, tiene y seguirá teniendo una enorme vitalidad en lo que refiere a los derechos humanos sobre identidad de género en el mundo.
Porque donde existe una necesidad nace un derecho.
¡Celebramos este nuevo aniversario del derecho conquistado, con la memoria abierta y los puños bien altos! Hasta que cada letra de ésta y de todas las leyes se plasmen en políticas concretas en el territorio.
Hasta que sea ley en toda la región.
Si necesitás más información acerca de cómo acceder al derecho al cambio de identidad de género o tenés dudas o consultas sobre el tema, te invitamos a mirar nuestro Folleto sobre Identidad de Género de nuestra sección Materiales Informativos.
Diseño de Portada: Cristian Arrejin
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