Bajo el lema “Menstruar es Político”, pusimos en marcha el programa Justicia Menstrual a fin de promover el acceso a productos de higiene menstrual, el cuidado de la salud y el medio ambiente y toda la información al servicio de quien la necesite.
Esta política pública es un avance en los Derechos Humanos de las mujeres y las personas menstruantes.
Este programa tiene un impacto directo en la economía personal y permite, además, achicar gradualmente la brecha de desigualdad entre quienes tienen dinero para acceder a productos de higiene menstrual y quienes no lo tienen, ya que podemos dejar de comprar tampones y toallitas descartables.
Según datos de ecofeminita, en marzo del 2022, el costo anual de menstruar usando toallitas es de $4.890, y alcanza los $5.311 para quienes eligen usar tampones. Por lo tanto, el gasto anual en productos de higiene menstrual es equivalente al cobro de un mes de la Asignación Universal por Hijx (AUH).
Liliana Hendel* nos dice que “esta gestión del Municipio es para que más mujeres y personas menstruantes dispongan de todos los recursos que necesiten para no tener que avergonzarse por menstruar, para que no haya pibas que no pueden ir a la escuela porque no tienen aquello que se necesita para ‘esos días’”.
Esta gestión es para que más mujeres y personas menstruantes dispongan de todos los recursos que necesiten para no tener que avergonzarse por menstruar”.
Liliana Hendel, Secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza
¿Cómo funcionan las entregas de copitas menstruales?
La Secretaría recorre cada barrio del territorio matancero abriendo espacios de charlas y reflexión. “Con la entrega de copitas hablamos de anticoncepción, hablamos de sexo, hablamos de la prevención de infecciones de transmisión sexual, que han aumentado muchísimo en este último tiempo”, explica Hendel. En resumen, hablamos de lo que nos pasa y sobre todo le ponemos palabras a aquello que antes era silencio y vergüenza. Y nos reímos mucho recordando mitos y consejos que aún se escuchan.
Cada taller es diferente, las preguntas que surgen son distintas, según quienes asisten y sus características. “Desarrollamos una consejería integral, no sólo para aprender acerca del uso de la copa, sino también para entender porqué el programa de Justicia Menstrual debe ser una política pública, y en La Matanza de hecho lo es”, señala la Lic. Cecilia Turquet*. Es decir, es un derecho acceder a salud y placer y para eso necesitamos productos adecuados e información completa.
Que menstruar deje de ser una vergüenza es un logro de los feminismos. Menstruar con la alegría de sabernos saludables y de estar haciendo un valioso aporte al cuidado del medioambiente, con menos plásticos y con menos químicos que son tan tóxicos para la tierra como para nuestro cuerpo.
Los cambios llevan tiempo pero sabemos hacia dónde vamos.
* Liliana Hendel, Secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza.
* Lic. Cecilia Turquet, Directora de Protección de Derechos.
Foto de Portada: Lara Catalogni