Un 31 de julio de 1947 nacía Juana “La Pocha” Medina.
Referenta histórica del peronismo matancero y militante activa de la resistencia peronista para la vuelta de Perón, la Pocha sufrió el 31 de julio de 1976 (el mismo día de su cumpleaños) el secuestro de su compañero, Federico Pedro Russo, quien por aquel entonces era presidente del Partido Justicialista de La Matanza y quien años más tarde sería el primer intendente electo en 1983 con la vuelta a la democracia.
Ya por esos días, Pocha pregonaba que el deber de un peronista era ayudar al prójimo.
“El primer recuerdo que tengo de ella es de cuando la conocí en la Rama Femenina del Partido Justicialista. Cuando asumió Federico Russo a fines del ’83, ella se puso al frente de las mujeres en Matanza. Aprendí muchas cosas de ella, de los Congresos de Mujeres de la Provincia de Buenos Aires a los que íbamos. Era una gran compañera. Si tenías algún problema, ibas directamente a la Secretaría de Gobierno y ahí mismo te recibía en el momento y te solucionaba los temas. Eso es lo que más me acuerdo de ella. Trabajó siempre sin interés de nada. En su momento convocaba compañeras y hasta nos enseñó cómo se preparaban las carpetas para el momento de las elecciones. Estábamos con ella, con Irma (Díaz de) Piperno. Teníamos la misma edad: 76. La enseñanza que nos ha dejado no tiene precio. Ella era peronista y nos enseñaba a todos lo que era el peronismo”, cuenta Alicia Quiroz, Concejala de La Matanza, quien estuvo hablando con Pocha días antes de que la internaran.
La enseñanza que nos ha dejado no tiene precio. Ella era peronista y nos enseñaba a todos lo que era el peronismo.”
Alicia Quiroz, Concejala de La Matanza
El sábado 12 de agosto, el día anterior a las PASO, ya en el hospital, seguía con avidez la previa del escrutinio:
“Compañero, hoy es un día muy importante para todos los peronistas de Matanza. Yo, Pocha, quiero agradecerles a cada uno de ustedes porque sostuvieron el bastón de mariscal con fuerza y vigor con las convicciones de un verdadero peronista para el triunfo de mañana de nuestro querido compañero conductor Fernando Tomás Espinoza. Será la alegría más grande mañana saber que hemos ganado el peronismo matancero, de convicciones, de Evita y Perón. Estoy con ustedes, con fuerza y con garra. Viva Perón y viva Evita”, expresó con un hilo de voz pero con tono vibrante la Pocha a Miguel Saredi, Secretario de Planificación Estratégica del Municipio de La Matanza, en uno de sus últimos mensajes.
Estoy con ustedes, con fuerza y con garra. Viva Perón y viva Evita.”
“La Pocha” Medina, en uno de sus últimos mensajes. En este caso a Miguel Saredi, Subsecretario de Planificación Estratégica de La Matanza
Pocha, la de la palabra justa, la de la arenga efervescente.
“Como compañeras militantes a veces hemos tenido alguna diferencia en cuanto al método de alcanzar aquello que compartíamos: sostener como bandera la búsqueda del bien común y de la justicia social”, sostiene Delia Juárez, Jefa de la Unidad de Atención Integral (UDAI) de ANSES de González Catán.
Porque Pocha ocupó un lugar de mujer militante en momentos que no era tan fácil tener la voz y la representación de un territorio: hizo camino en su rol institucional -con el retorno a la democracia en la Secretaría Privada del municipio- y desarrollando cargos legislativos porque fue reelecta tres veces como Diputada por la Provincia de Buenos Aires.
“Jamás fue una figura de adorno. No solamente por su alocución, por su pasión. En todo momento demostró su rol de mujer en la discusión política. Con Evita logramos el voto hace muchos años pero lograr tener representación fue una cuestión muy difícil y ella lo ejerció desde el momento que su marido fue intendente. Y eso, a pesar de los logros que hemos tenido en la política, con la paridad de género en los cargos, no es nada fácil aún hasta el día de hoy”, reconoce Juárez.
Jamás fue una figura de adorno. No solamente por su alocución, por su pasión. En todo momento demostró su rol de mujer en la discusión política.”
Delia Juárez, Jefa de la Unidad de Atención Integral (UDAI) de ANSES de González Catán
Pocha, peronista hasta la médula, la que llegaba a las reuniones y marcaba sus diferencias con quien fuera necesario interpelando a la política sin bajar nunca la bandera del peronismo. Y exigiendo que nadie la bajara a pesar de las dificultades.
Pocha caminó hasta el final las calles de su lugar en el mundo, La Matanza, señalando lo que faltaba y agradeciendo lo que se lograba. Sin callarse nada.
Chau Pocha, las mujeres militantes te recordaremos como la pionera que sos, la que ocupó lugares y abrió puertas. ¡La que nunca se dio por vencida!
Foto de Portada: Municipalidad de La Matanza