Por Romina Ferreyra*
Desde la Dirección de Protección de Derechos venimos desarrollando meriendas para familias de niñeces y adolescencias trans, un espacio de escucha y participación. Se trata de una iniciativa que ya se convirtió en una política pública en La Matanza, surgida del intercambio permanente entre la Secretaría y el territorio. Se escuchan las necesidades para luego accionar colectivamente.
A partir de comenzar con los encuentros, que desarrollamos en la sede de la Secretaría, comenzaron a emerger inquietudes, miedos, deseos y sentires, por parte de quienes recorren el camino de la transición y sus familiares.
Así, construimos un espacio hecho con amorosidad de quienes buscamos acompañar y garantizar el cumplimiento de sus derechos, entendiendo que esto no habría sido posible sin la lucha de las compañeras travestis/trans históricas y de la comunidad LGBTIQNB+.
Sus voces son escuchadas y nos lo hacen saber compartiéndonos sus palabras al finalizar el encuentro.
“Es mi primera vez acá, realmente me sentí muy feliz, es un lugar muy amable, con personas que me hicieron sentir respetado y como en casa”, nos escribió Thomi.
Es mi primera vez acá, realmente me sentí muy feliz, es un lugar muy amable, con personas que me hicieron sentir respetado y como en casa.”
Thomi participó de la merienda
“Estoy agradecido por su ayuda respecto a mi identidad”, nos escribió Lucas.
Estas palabras son las devoluciones que nos hicieron luego de la tercera merienda, palabras que nos inspiran y son el motor para seguir dando batalla, porque somos conscientes de la desigualdad histórica que atraviesa a esta comunidad, de todo lo que falta y por lo que debemos seguir trabajando.
En La Matanza trabajamos por todos los derechos, para todas las personas.
Por mayor información sobre el espacio de meriendas para familias de niñeces y adolescencias trans, se puede escribir al correo [email protected]
* La autora es integrante de la Dirección de Protección de Derechos de la Secretaría.