Desde 2018 y por iniciativa de la Asociación Civil Ecofeminita cada 9 de abril se conmemora en Argentina el Día del Pago Igualitario, una fecha que busca poner en el centro de la discusión que las mujeres perciben salarios inferiores a los varones.
Según la organización feminista, una mujer tiene que trabajar un año y más de tres meses para obtener el mismo ingreso que un varón consigue en un año. Dato, no opinión, que se verifica en el informe La desigualdad de género se puede medir, que se actualiza cada trimestre.
Los últimos datos allí disponibles evidencian que la brecha de ingresos totales entre varones y mujeres en Argentina alcanza el 27,6%.
“Se espera de nosotras que renunciemos a nuestros derechos económicos en un mundo cuyo motor es la circulación del dinero. La brecha salarial existe y fueron las economistas feministas quienes la sacaron de la biología y las hormonas y la colocaron en el mercado de bienes y servicios”, enfatiza la Secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades, Lic. Liliana Hendel.
La brecha salarial existe y fueron las economistas feministas quienes la sacaron de la biología y las hormonas y la colocaron en el mercado de bienes y servicios.”
Lic. Liliana Hendel, Secretaria de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades
Pero, ¿por qué las mujeres ganan menos?
Históricamente, las mujeres enfrentan más obstáculos en el mercado laboral, dado que tienen niveles más altos de empleo informal y desocupación y cargan con las tareas de cuidado, que limitan y condicionan otras oportunidades.
En 2023, mientras (el entonces candidato a presidente) Javier Milei negaba en el debate presidencial televisado la brecha salarial entre hombres y mujeres, la economista Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, recibía el Premio Nobel de Economía por sus estudios sobre las brechas de género en los que aborda cómo la maternidad y la crianza impactan la participación de las mujeres en el mercado laboral.
Es bien sabido que en contextos de crisis, la precariedad laboral y la desigualdad estructural a la que están sometidas las mujeres las pone en un lugar mucho más complejo aún. A nivel nacional, un informe de ONU Mujeres arrojó datos sobre Argentina que expresan que los principales problemas que enfrentan las mujeres en el país son la violencia, la feminización de la pobreza, la baja participación en espacios de decisión y… ¡sorpresa! la sobrecarga de las tareas de cuidados, producto de la división sexual del trabajo.
A su vez, alerta sobre un hecho frecuente: el de las mujeres ocupadas en empleos en relación de dependencia (asalariadas) en los que no se realiza ningún tipo de aporte jubilatorio, lo que impacta en su presente pero también su futuro.
En ese sentido, Hendel reflexiona: “Evaluar un problema que parece de aritmética sencilla (porque siempre dos más dos es cuatro) es una trampa patriarcal para las mujeres. Estudiar con perspectiva de géneros los presupuestos (incluso los domésticos) o los mercados formales e informales y ponerle un valor económico al tema ‘cuidados’ muestra, sin eufemismos, que la estructura del patriarcado se sostiene en partes iguales, en la economía de los países y en la construcción cultural de la subjetividad”.
El tremendo impacto de la política de ajuste
En la Provincia de Buenos Aires, las mujeres fueron las más afectadas por la crisis provocada por la política de ajuste impulsada por el Gobierno nacional, lo que llevó a un mayor aumento en la desocupación y la informalidad, de acuerdo al último informe “Brechas de género laborales y de ingresos” de la Unidad de Género y Economía del Ministerio de Economía bonaerense.
“Está claro que la desigualdad de género en el empleo existe. Sin políticas públicas con enfoque de género es imposible que se reviertan las causas estructurales que determinan las condiciones actuales del mercado laboral”, analiza Lic. Débora Giorgi, Secretaria de Producción de La Matanza.
Sin políticas públicas con enfoque de género es imposible que se reviertan las causas estructurales que determinan las condiciones actuales del mercado laboral.”
Lic. Débora Giorgi, Secretaria de Producción de La Matanza
Para revertir esta situación, la funcionaria propone promover la formalización del empleo femenino; garantizar el acceso a trabajos de calidad; fomentar la corresponsabilidad en las tareas de cuidado; generar más recursos como jardines maternales públicos; asegurar la equidad salarial y fortalecer la participación de las mujeres es espacios de decisión, especialmente en cargos jerárquicos.
“Si bien hubo avances en la inclusión laboral, persisten fuertes desigualdades”, advierte Giorgi.
Y ejemplifica: “La tasa de empleo en el Gran Buenos Aires de las mujeres jóvenes es del 49,5% frente al 65,8% de los varones, y la brecha en la adultez se mantiene (67,3% vs. 87%)”.
Las condiciones más desfavorables se reflejan, además, en la brecha de ingresos:
- En 2022, las mujeres de la provincia de Buenos Aires ganaron en promedio un 25% menos que los hombres; desigualdad que aumenta según la relación laboral: entre cuentapropistas la brecha fue del 33,3% y entre asalariados/as del 28,3%.
- Las actividades con mayor informalidad como comercio, hotelería y gastronomía y las relacionadas al cuidado, educación y salud presentan brechas salariales superiores al 30%.
- La brecha se reduce dentro de las ocupaciones calificadas: 20,8% en puestos técnicos, 21,7% en operativos y 23% en profesionales.
- Mientras que entre mujeres no calificadas la desigualdad se profundiza, con ingresos 42,1% menores que los de los varones.
“Esta segmentación evidencia cómo las condiciones de acceso y permanencia en el empleo impactan directamente en la capacidad de las mujeres de la provincia para alcanzar autonomía económica”, resume Giorgi.
La feminización de la pobreza
“Si la contracara de la feminización de la pobreza es la masculinización de la riqueza seguramente no es porque los varones nacen con un chip que les facilita el acceso a los bienes de consumo. En la repartija de estereotipos ellos tienen la habilidad y nosotras el deseo y el amor, así que no importa que ganemos menos”, ironiza Hendel.
Y en el mismo sentido, “si una mujer defiende su dinero, pelea la deuda alimentaria o pone en agenda el valor de su gestión doméstica es mala, ambiciosa en el peor sentido y sobre todo desnaturalizada”, cuestiona.
“Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, Silvia Federici abrieron una guía que retomaron la Dra. Dora Barrancos en el Conicet y Julia Strada en la imprescindible lectura política de la economía, entre tantas otras mujeres. Era invisible hasta que encendimos la luz… y no estamos dispuestas a volver a la oscuridad”.
Un programa virtuoso “Nuestro Municipio, desde la Secretaría de Producción, ha creado y puesto en marcha el Programa Escuelas de Oficios, que cuenta con financiamiento provincial y que busca capacitar en saberes que lleven a una rápida salida laboral. Estas capacitaciones gratuitas y certificadas por la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) se orientan a las poblaciones y barrios más vulnerables del distrito”, señala la Lic. Débora Giorgi. Destaca que las mismas “fueron diseñadas para que las mujeres por sus habilidades -manifestadas en focus group-, sus horarios y la cercanía de los cursos pudieran acceder a ellos”. El resultado fue un éxito arrollador: “se preinscribieron 12.000 vecinos y vecinas, el 74% son mujeres (casi el 80% de ellas de menos de 35 años) y el 68% no trabaja”. El programa incluye, además, la difusión de las personas formadas en una plataforma -el “Mercado Virtual de Oficios”- donde ofrecen a la comunidad los bienes o servicios que producen. |
Diseño de Portada: Sabrina Suárez