
Por la Dra. María Florencia Piermarini*
Pasaron 10 años desde aquel primer NI UNA MENOS. En poco menos de dos meses se cumplirán 5 años del comienzo de esta Secretaría creada para aplicar políticas públicas con perspectiva de género y cumplir con los tratados internacionales de derechos humanos suscriptos por nuestro país en materia de prevención y erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres.
Es difícil evitar tener una mirada pesimista frente a un Estado Nacional que todos los días arrasa derechos conquistados para y por las mujeres y diversidades. Sin embargo, como siempre, los feminismos somos una bocanada de aire, un lugar de encuentro frente a tanto grito sordo que sale de las sucias bocas de funcionarios y funcionarias del Poder Ejecutivo Nacional. No son “malas palabras”, son “palabras sucias”: porque discriminan, segregan y agreden. Y mientras más griten esas sucias bocas menos nos callaremos. Porque no nos callamos más. Y nada ni nadie nos calla.
La persecución a las mujeres y a quienes las acompañan en este largo camino que es denunciar las violencias machistas alcanza su máxima expresión con dos proyectos de ley impulsados por el propio Poder Ejecutivo que buscan agravar las penas para los delitos de falsa denuncia y falso testimonio en caso de denunciar violencia de género y violencia sexual.
Esos proyectos de ley son inconstitucionales e inconvencionales. Detrás de su redacción se esconde la verdadera intención: la consolidación del derecho penal de autora, esto es; sos mujer, madre, diversidad y denuncias violencia machista, ojo, tené cuidado porque podés ir presa.
Históricamente y cuantitativamente de acuerdo a las estadísticas de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la Procuración General de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires siempre las mujeres, las diversidades, las madres de los niños, niñas y adolescentes somos las víctimas de las violencias machistas. El silencio siempre fue y es el mejor aliado del patriarcado.
Estos proyectos son la respuesta que este clima protofacista le da a todas aquellas personas que alzan la voz, deciden denunciar y que en infinidad de casos, no logran obtener una condena a sus agresores. Muchas veces la prueba resulta insuficiente para condenar a un violento; pero eso no significa que una persona mienta. En todo caso, es la prueba del sesgo que atraviesa a las y los operadores del sistema judicial en el proceso penal.
La perspectiva de género no es una ideología, la debida diligencia reforzada, tampoco; es derecho positivo vigente.
Desde hace casi 5 años, desde esta Dirección de Acceso a Justicia junto con todas las áreas que integran la Secretaría de las Mujeres Políticas de Géneros y Diversidad de La Matanza trabajamos para que todas las víctimas de la violencia machista tengan voz; para reducir las arbitrariedades de un sistema judicial funcional al silencio.
Más tarde o más temprano todo esto también pasará, y ahí estaremos los feminismos una vez más; mientras tanto nos veremos este 4 de junio** junto a jubiladas y jubilados, y todas las veces que sea necesario alzar la voz para que nos escuchen.

* La Dra. María Florencia Piermarini es directora de Acceso a Justicia de la Secretaría de Mujeres, Políticas de Géneros y Diversidades de La Matanza.
** El décimo aniversario de la marcha Ni Una Menos se cumple este martes 3 de junio. Sin embargo, este año se resolvió realizar la movilización el día siguiente para apoyar a los jubilados y jubiladas que todos los miércoles protestan frente al Congreso nacional y unir también las luchas que se llevan adelante desde el Hospital Garrahan, el CONICET, las organizaciones de personas con discapacidad, migrantes, universitarios, entre otras.
Foto de Portada: @somostelam